LOS CANTOS DEL COSMOS: UNA APROXIMACIÓN A LA TEOLOGÍA DE LA CREACIÓN Y UNA CONTEMPLACIÓN AL HERMOSO UNIVERSO FORMADO
POR: LIC. JOSÉ ARMANDO NARVAEZ PADILLA
La teología de la creación es un pilar fundamental en diversas tradiciones religiosas, y desde la perspectiva de la sana doctrina, se convierte en un área de profundo significado y reflexión. A través de los siglos, teólogos y eruditos han examinado las Escrituras y explorado los misterios de la creación, buscando entender la relación entre el Creador y Su creación. En este artículo, nos sumergiremos en las raíces teológicas de la creación desde un enfoque de doctrina sólida, explorando las implicaciones y enseñanzas fundamentales que surgen de este tema central.
Desarrollo
1. El Acto Creativo según Génesis:
En Génesis, encontramos el relato poético y majestuoso de la creación. En el primer capítulo, leemos que "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Génesis 1:1). Este versículo establece no solo el origen de todas las cosas, sino también la soberanía de Dios sobre la totalidad de la creación. Cada día de la creación se describe con detalle, culminando con la creación del ser humano a imagen de Dios (Génesis 1:26-27). La sana doctrina sostiene que esta creación del hombre a imagen divina le confiere un valor intrínseco y una posición única en la creación.
El acto creativo no solo se presenta como una serie de eventos en el pasado, sino como un continuo acto de amor divino. En Génesis 2:7, leemos: "Entonces Yavé Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente". Este pasaje destaca la intimidad y el cuidado personal con el cual Dios creó al ser humano, evidenciando una conexión directa entre el Creador y Su creación.
1.1. El Acto Creativo más allá:
La Biblia, fuente primaria de la teología cristiana, establece desde el principio la idea central de la creación. En Génesis 1:1, leemos: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra". Este versículo no solo marca el comienzo de todas las cosas, sino que establece la soberanía y omnipotencia de Dios como el único Creador. La sana doctrina sostiene que la creación no es un evento accidental, sino un acto deliberado de la voluntad divina.
Agustín de Hipona, uno de los padres de la Iglesia, profundizó en la noción de la creación ex nihilo, subrayando que Dios creó el universo "de la nada". Esta enseñanza destaca la omnipotencia de Dios y Su independencia respecto a la materia preexistente. La sana doctrina, en línea con esta perspectiva, afirma que la creación no es simplemente un acto pasado, sino que continúa siendo sostenida por la providencia divina.
2. La Creación como Testimonio de la Gloria de Dios:
Los cielos y la tierra, según el Salmo 19:1-2, proclaman la gloria de Dios: "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría". La creación, en su diversidad y complejidad, revela la magnificencia y la sabiduría del Creador. Desde la sana doctrina, entendemos que la creación no es simplemente un entorno pasivo, sino un testimonio activo que invita a la humanidad a contemplar la grandeza de Dios.
3. La Responsabilidad Humana como Administradores de la Creación:
La teología de la creación también aborda la responsabilidad humana como administradores de la creación divina. En Génesis 2:15, se encomienda al hombre cuidar el Edén: "Tomó, pues, Yavé Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase". Esta tarea refleja la concesión de un rol activo al ser humano en el cuidado y preservación de la creación, destacando la importancia de la mayordomía responsable.
4. La Creación como Revelación:
Desde la perspectiva de la sana doctrina, la creación no solo es un hecho cósmico, sino también una revelación continua de la naturaleza y los atributos de Dios. El Salmo 19:1 proclama: "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos". La creación, en su diversidad y complejidad, revela la sabiduría y el diseño divino, invitando a la humanidad a contemplar la grandeza del Creador.
Tomás de Aquino, influencial teólogo medieval, sostuvo que la creación es como un "libro" escrito por Dios, y el ser humano, dotado de razón, puede leer en la naturaleza las huellas de la sabiduría divina. La sana doctrina abraza esta idea, enfatizando la importancia de la reflexión y la contemplación como medios para profundizar en la comprensión de Dios a través de Su obra creadora.
Conclusión
La teología de la creación, desde la perspectiva de la sana doctrina, nos invita a adentrarnos en la maravilla y la majestuosidad del acto creativo divino. A través de las Escrituras y las enseñanzas de eruditos a lo largo de la historia, descubrimos que la creación no es simplemente un evento pasado, sino un testimonio continuo de la presencia y el propósito de Dios en el mundo.
Al abrazar la teología de la creación desde la sana doctrina, encontramos un fundamento sólido para comprender nuestra existencia, nuestra responsabilidad como administradores de la creación y nuestra relación con el Creador. Que, al explorar estos misterios, podamos crecer en conocimiento y reverencia, reconociendo la grandeza de Aquel que formó los cielos y la tierra.
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